Los daños de la adicción a internet

La mayoría de las personas ya tienen una real demanda de información y entretenimiento online que se extendió rápidamente en todas las generaciones. Todos quieren tener cerca una pantalla, un dispositivo: costumbres que han llevado a una peligrosa adicción que aún no se sabe cómo tratar.

Basados en su evaluación de crecimiento del consumo de medios de los usuarios entre 2008 y 2012, la University of Shouthern California (USC) proyecta que los estadounidenses usarán la tecnología la mayor parte del día hacia el año 2015, es decir, 15,5 horas promedio por persona.

Investigadores de la Universidad de Kentucky, EE.UU., en un estudio de 2013 hallaron que la adicción se caracteriza por el uso excesivo y los síntomas incluyen cambios de humor, preocupación extrema, incapacidad para controlar la cantidad de tiempo de uso, y disminución de la vida social.

La adicción a Internet no es considerada un trastorno de salud mental en la comunidad psiquiátrica, por eso el tratamiento no está cubierto por el seguro médico. Cuando la Asociación Americana de Psiquiatría publicó su Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de 2013, no la incluyó.

La adicción causa depresión, tal vez porque sustituye la red de actividades sociales normales que servían como contención, señala un estudio de 2012 de la Universidad de Leeds, Inglaterra. En general, cuanto más tiempo pasaban las personas en línea, más deprimidos tendían a ser.

Una investigación de la Universidad de California sugiere que chequear los emails en forma constante aumenta el ritmo cardíaco: es por estar sometido a una especie de “alerta máxima”. En cambio, ignorar los mensajes por completo puede reducir el estrés al tener un efecto positivo sobre el corazón.

La adicción a Internet altera el aspecto de los nervios en el cerebro de los adolescentes, según un estudio pionero de 2012 de la Academia de Ciencias de Wuhan, en China. Efectos similares se han visto en los cerebros de las personas expuestas al alcohol, cocaína y cannabis, dijeron los médicos.

En el estudio de China observaron con resonancia magnética la estructura cerebral. En los jóvenes diagnosticados como adictos, se encontró evidente alteración de las fibras nerviosas que conectan las partes vitales del cerebro involucradas en las emociones, la toma de decisiones y el autocontrol.

La Academia Americana de Pediatría emitió en octubre de 2013 un comunicado para enumerar los problemas de salud y las influencias negativas que se derivan al sobreexponerse a los medios de comunicación, como la obesidad, la falta de sueño, el bajo rendimiento escolar y problemas de conducta.

Ha aparecido un nuevo trastorno, el "insomnio tecnológico", por el uso abusivo de Internet antes de dormir, ya que la luminiscencia de la pantalla de dispositivos móviles, notebook o tablets es "muy contraproducente para conciliar el sueño", dijo Jesús Escribá, del Hospital Casa de Salud, en España.

La doctora Michelle Collie, directora del centro de Terapia Física de Alto Rendimiento en Rhode Island, dice que hace 6 ó 7 años empezó a ver casos de pacientes con dolor de cabeza, cuello y espalda ocasionados por el uso excesivo de dispositivos móviles y computadoras portátiles .

Cualquier actividad que obligue a la cabeza a mantener una sola posición durante mucho tiempo sin moverse, puede ocasionar dolor de cabeza, informa la Fundación de la Cefalea. Y sugiere que esas actividades incluyen por ejemplo, trabajos en computadoras por muchas horas.

El hospital Bradford Regional Medical Center, en Pennsylvania, abrió en septiembre de 2013, dentro de sus Servicios de Salud Mental, un centro específico para tratar la adicción a internet. Los pacientes van a ser examinados y luego ingresarán a una "desintoxicación digital" y terapias.

La Asociación Americana de Pediatría aconseja a los padres que limiten las horas de uso de Internet en los niños. Quizá el secreto para grandes y chicos sea apagar los dispositivos tecnológicos y pasar más tiempo al aire libre, hacer más deportes, o planear días de campo en pareja o en familia.